domingo, 13 de octubre de 2013

Tercer capítulo: His stupid game.

Me senté en una de las mesas más lejanas de la cafetería con Jake en uno de los asientos de en frente mirándome como si le hubiese dolido mi bufido, ¿realmente esperaba que hiciese un charco de babas a su alrededor? Mientras él me miraba yo lo único que hacía era hacer anotaciones estúpidas en mi libreta, incómoda por esa mirada que me taladraba, que me disolvía. Pero al fin, tocó el timbre y era hora de ir a clase. Cogí las cosas de la taquilla y por el espejo que tenía colocado en la puerta pude ver como Sammy se acercaba hacia mí. 

-Lo siento Amy -dijo realmente arrepentida -No debí dejar que vinieras andando. Tampoco me hubiera importado que me echaran al pasillo. 
-No importa. Todos nos equivocamos, ¿no? -dije insinuando una sonrisa.
-Gracias, joder, pensaba que te habrías enfadado en serio. ¿Tiene algo que ver que al señorito también le hayan expulsado? 
Le saqué la lengua y cerré mi taquilla con un portazo y me di la vuelta, demasiado tenía con soportar a ese estúpido chico intentando conquistarme por no sé qué mosca que le había picado como para tener que, además, soportar a mi mejor amiga haciéndome preguntas que ni yo misma sabía contestar. ¿Me había gustado que le expulsasen a pesar de mi bufido? ¿Me gustaba desvelarme con un mensaje suyo? ¿Me gustaba realmente Jake? 


Llegué al seminario de Latín en el cual tuve que esperar unos diez minutos a que la profesora llegase. Sammy, que me había acompañado todo el camino se sentó en el suelo y le hice cargo de mis libros mientras iba al baño. Me encontré con la profesora por el camino y me excusé, me pidió que no tardase pero que tenía el permiso. Hasta hace poco las sorpresas y las casualidades me encantaban, siempre tenía ganas de llegar a casa y ver algún detalle que me hubiese traído mi padre de alguno de sus viajes de trabajo o tal vez, que me mi madre me hubiese preparado mi comida favorita porque sabía que había tenido un examen complicado. Incluso las llamadas espontáneas de Sammy con algún plan alocado para hacer en una tarde aburrida. En ocasiones, un "Me gusta" en una foto en Facebook de alguien con quien hacía mucho que no hablaba, me hacía feliz porque era una sorpresa y una casualidad agradable; en todas esas situaciones tenía claro lo que me gustaba, sabía que mi padre me conocía lo suficiente así que, acertaría con el regalo; mi madre sabía cuál era mi plato favorito, Sammy tenía esas ideas locas que a pesar de que a mí no se me ocurriesen ambas sabíamos que yo aceptaría... Sin embargo, no tenía una remota idea de lo que sentía por el señorito tepersigoperosolovoyajugarcontigo. Al salir del baño, ¿cómo no? Jake en la puerta. 
-¿En serio me estás persiguiendo? 
-¿Eso es lo que quieres pequitas? 
-Me está cansado tu juego, Jacob -pasé por su lado dándole un empujón en el hombro lo que él aprovechó para girarme y quedar a pocos centímetros de mí. 
-Pues yo quiero terminar la partida -se giró y salió de allí. Yo hice lo mismo mientras pensaba en la conversación que hace menos de un minuto estaba teniendo. 
Me dirigí a clase, toqué a la puerta y la Sra. Edison me dio permiso para sentarme. 
-Amy, el ejercicio 4. 
-Em... -pensé en explicar a la profesora que era incapaz de concentrarme y que no había hecho el ejercicio, que latín se me daba fatal y mucho menos si tenía a una mosca (adorable) como Jake todo el tiempo detrás de mí. Pero entonces, Sammy deslizó su libreta ante mis ojos -¿Le recito todas las declinaciones mejor?
-Sí, es mejor así. 
Y tras “cantar” la primera y la segunda declinación acorde con el ejercicio le di las gracias a Sammy por salvarme el culo, una vez más.

Atte Adriana & Maria.

1 comentarios:

Coxa dijo...
15 de octubre de 2013, 6:01  

Por fin he sacado tiempo. Me ha gustado aunque eso de latín y "declinacion", como si me hablase en chino. Jajaja. No se porque odia tanto al pobre Jake. Voy a leer el siguiente capítulo, a ver que pasa ^^

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