domingo, 20 de octubre de 2013

Quinto capítulo: A signal.

Me desperté exhausta porque había tenido otra de mis pesadillas. Me levanté para ir al baño, me eché agua en la cara y me recogí el pelo en un moño porque tenía muchísimo calor. Me tumbé en la cama y reflexioné aquel extraño sueño. 
“Estaba en una pradera llena de flores de todos los alegres colores existentes y con distintas formas. Amaba el olor de las rosas anaranjadas. Ese sitio me hacía sentir como en casa, con ese aroma que desprendía aquel lugar. El cielo estaba despejado muy azul y con el sol resplandeciente por eso me tumbé allí por un rato mientras disfrutaba de todo lo que tenía a mi alrededor. Cuando noté que el calor ya empezaba a quemar mi piel, me levanté para arrancar algunas de esas preciosas flores que me llamaban tanto la atención. Me propuse hacer un ramo, pero de repente vi una llama que aparecía delante de mí, se hacía cada vez más y más grande, pero no podía hacer nada. No tenía agua ni ningún otro modo de extinguir el fuego, así que me quedé contemplando como las flores ardían, como se hacían ceniza y como aquel paraíso desaparecía ante mis ojos.” Entonces, me desperté. Era una persona curiosa por lo que no tardé en levantarme de la cama e ir al ordenador para buscar el significado de aquel sueño. Soñar que se está arrancando flores, significa que se me presentaría una buena oportunidad y que no debía dejarla escapar. Soñar que estaba atando un ramo de flores, significaba que me darían una gran sorpresa, que me hará muy feliz. Un sueño con fuego significaba que algo viejo estaba a punto de terminar y algo nuevo iba a entrar en mi vida. Me quedé mirando a un punto fijo durante un instante reflexionando aquello que acababa de leer. Me quedé fascinada porque de alguna u otra manera estaba relacionado con Jake, o al menos, eso es lo que yo pensaba. Para despejar un poco mi mente de la realidad empecé con Eternidad, el primer libro de la saga de los inmortales, ya que a Sammy se le había antojado que me lo leyera. Me sumergí rápidamente en el mundo de aquel libro pero algo hizo que mi mente volviera a la realidad. Mi madre me llamaba. Era la hora de comer. Bajé rápidamente las escaleras y me senté a su lado, mientras que enfrente tenía a mi padre. Estuvimos hablando del instituto, también les conté mis anécdotas más recientes con Sammy, pero el timbre interrumpió nuestra conversación. 
-Voy yo -les dije. 
Sammy.
-¡Amy! ¿He interrumpido la comida? -me dijo algo preocupada y mirando a mis padres que saludaban desde la mesa.
 -No, acababa de terminar. 
-¡Genial! –dijo con su típico entusiasmo- porque vengo a rescatarte, ¿nos vamos de compras? 

Asentí y subí a ponerme algo decente. Escogí una camiseta negra con encajes por atrás, unos pantalones ceñidos y unas botas con el mismo color que el de la camiseta. No quería ir muy arreglada, pero fue lo primero que vi al abrir el tocador. No tardé mucho porque Sammy me esperaba en su coche y el motor ya estaba arrancado, así que subí en él y fuimos directas al centro comercial más grande de la ciudad. Empezamos viendo la ropa que había en Bershka, pero no me gustaba mucho lo que había allí, ya que todo el mundo llevaba la ropa de esa tienda. Ver un mismo vestido en distintas chicas no es que fuera algo muy original, y yo era de ese tipo de chicas que prefería crear su propio estilo. Estaba segura de que recorrimos todo el centro porque mis pies ya empezaban a doler. Había comprado unos botines beige, una blusa negra con un poco de transparencia, una gabardina, un abrigo rojo, varios pantalones de corte vaquero e incluso un peto de pantalón largo; pero no me había comprado un vestido. Y necesitaba uno para llevar al menos en alguna ocasión especial, como sería mi cumpleaños.

Atte, Adriana & María.

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