Me desperté exhausta porque había tenido otra de mis
pesadillas. Me levanté para ir al baño, me eché agua en la cara y me
recogí el pelo en un moño porque tenía muchísimo calor. Me tumbé en la
cama y reflexioné aquel extraño sueño.
“Estaba en una pradera llena de flores de todos los alegres colores
existentes y con distintas formas. Amaba el olor de las rosas
anaranjadas. Ese sitio me hacía sentir como en casa, con ese aroma que
desprendía aquel lugar. El cielo estaba despejado muy azul y con el sol
resplandeciente por eso me tumbé allí por un rato mientras disfrutaba de
todo lo que tenía a mi alrededor. Cuando noté que el calor ya empezaba a
quemar mi piel, me levanté para arrancar algunas de esas preciosas
flores que me llamaban tanto la atención. Me propuse hacer un ramo, pero
de repente vi una llama que aparecía delante de mí, se hacía cada vez
más y más grande, pero no podía hacer nada. No tenía agua ni ningún otro
modo de extinguir el fuego, así que me quedé contemplando como las
flores ardían, como se hacían ceniza y como aquel paraíso desaparecía
ante mis ojos.” Entonces, me desperté.
Era una persona curiosa por lo que no tardé en levantarme de la cama e
ir al ordenador para buscar el significado de aquel sueño.
Soñar que se está arrancando flores, significa que se me presentaría una
buena oportunidad y que no debía dejarla escapar.
Soñar que estaba atando un ramo de flores, significaba que me darían una
gran sorpresa, que me hará muy feliz.
Un sueño con fuego significaba que algo viejo estaba a punto de
terminar y algo nuevo iba a entrar en mi vida.
Me quedé mirando a un punto fijo durante un instante reflexionando
aquello que acababa de leer. Me quedé fascinada porque de alguna u otra
manera estaba relacionado con Jake, o al menos, eso es lo que yo
pensaba.
Para despejar un poco mi mente de la realidad empecé con Eternidad, el
primer libro de la saga de los inmortales, ya que a Sammy se le había
antojado que me lo leyera. Me sumergí rápidamente en el mundo de aquel
libro pero algo hizo que mi mente volviera a la realidad. Mi madre me
llamaba. Era la hora de comer. Bajé rápidamente las escaleras y me senté
a su lado, mientras que enfrente tenía a mi padre. Estuvimos hablando
del instituto, también les conté mis anécdotas más recientes con Sammy,
pero el timbre interrumpió nuestra conversación.
-Voy yo -les dije.
Sammy.
-¡Amy! ¿He interrumpido la comida? -me dijo algo preocupada y mirando a
mis padres que saludaban desde la mesa.
-No, acababa de terminar.
-¡Genial! –dijo con su típico entusiasmo- porque vengo a rescatarte,
¿nos vamos de compras?
Asentí y subí a ponerme algo decente. Escogí una camiseta negra con
encajes por atrás, unos pantalones ceñidos y unas botas con el mismo
color que el de la camiseta. No quería ir muy arreglada, pero fue lo
primero que vi al abrir el tocador. No tardé mucho porque Sammy me
esperaba en su coche y el motor ya estaba arrancado, así que subí en él y
fuimos directas al centro comercial más grande de la ciudad.
Empezamos viendo la ropa que había en Bershka, pero no me gustaba mucho
lo que había allí, ya que todo el mundo llevaba la ropa de esa tienda.
Ver un mismo vestido en distintas chicas no es que fuera algo muy
original, y yo era de ese tipo de chicas que prefería crear su propio
estilo.
Estaba segura de que recorrimos todo el centro porque mis pies ya
empezaban a doler. Había comprado unos botines beige, una blusa negra
con un poco de transparencia, una gabardina, un abrigo rojo, varios
pantalones de corte vaquero e incluso un peto de pantalón largo; pero no
me había comprado un vestido. Y necesitaba uno para llevar al menos en
alguna ocasión especial, como sería mi cumpleaños.
Atte, Adriana & María.
Hace 9 años
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